La bioingeniería de tejidos ha arrojado otro éxito. En este caso se trata de una niña que necesitaba sustituir la vena porta hepática,
un vaso que está en el centro del hígado. En el hospital sueco de
Shalgrenska le contruyeron una de 9 centímetros a partir de sus células
madre obtenidas de la médula ósea. Pero la reconstrucción no fue desde
cero. Antes hubo que extirpar un trozo de la vena iliaca a un donante
cadáver (un hombre de 30 años), se trató para eliminar las células
endoteliales y mesenquimales y estas fueron las que se reconstituyeron a
partir de las células madre de la niña. Lo publica The Lancet.
No fue una historia de éxito inmediato. Tras el primer trasplante, la vena fue estrechándose y hubo que repetir el proceso.
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